Ya se que hoy comienza el mes de Febrero y que por lógica tocaría una receta que tenga algo que ver con el día del amor y la amistad, pero para variar como siempre no llego al día, aún así estoy segura que la receta les gustará.



El único ingrediente que tal vez no tengan es su cocina, son las avellanas, pero son muy fáciles de conseguir, la receta lleva un buen puño de ellas, pero por lo demás son ingredientes fáciles y comunes que por lo general tenemos en casa. Dicho esto vamos con la receta.

Los ingredientes son para un molde de 20 cm de diámetro.
100 g de mantequilla en cuadros pequeños.
200 g de azúcar
2 huevos L
1 pizca de sal
1 cucharada de pasta de vainilla
125 g de harina
100 g de arándanos frescos, lavados y secos.
1 puño de avellanas partidas por la mitad
2 cucharadas más de azúcar

Preparación:
Calentamos el horno a 180ºC calor arriba y abajo sin ventilador. Engrasamos y enharinamos nuestro molde, yo también poco papel de horno en el fondo del molde, ya que así es más fácil y practico después retirar el bizcocho y mi molde es desmontable.
Ponemos la mantequilla en un cazo y la derretimos y dejamos enfriar y reservamos.
Ponemos el azúcar con los huevos y con las varillas batimos muy bien hasta que a mezcla haya aclarado y aumentado su volumen. Agregamos la pizca de sal, la vainilla y el harina.
Batimos y cuando todo este integrado ponemos la mantequilla derretida que ya debe estar a temperatura ambiente, batimos y cuando todo este integrado, con una espátula integramos los arándanos tratando de no romperlos mucho, ya que la masa será un poco espesa.
Ponemos la masa en el molde y la dejamos lo mas pareja posible, y por encima ponemos las avellanas cortadas por la mitad y al final ponemos las 2 cucharadas de azúcar  espolvoreada por encima de las avellanas y la masa.
Metemos al horno y vamos a hornear de 40 a 50 minutos, en mi horno fueron exactamente 40 minutos, pero por si no estamos seguros, después de los 40 minutos hacemos la prueba del palillo, hasta que nuestro palillo salga sin restos de masa cruda es que entonces estará listo.

El resultado es un bizcocho con una capa crujiente y azucarada por encima, con un interior no tan seco por los arándanos pero muy delicioso por la combinación  de esta fruta con las avellanas, y si le ponemos una bola de helado de vainilla por encima de verdad que está para chuparse los dedos!!!


Espero que la prueben y me cuenten por las diferentes redes sociales, que yo con mucho gusto les respondo a cualquier duda que tengan. Un saludo desde Michigan y hasta la próxima receta que no quiero prometer pero tal vez tenga que ver con el día de SAN VALENTÍN !!!